What a feeling

Se acabó el curso 2010-2011. Y antes de su finalización hemos tenido una semana llena de eventos y celebraciones. Yo y muchos de los padres del cole, atabiados con nuestras cámaras de vídeo de rigor, casi hemos acampado en el cole. Y es que por grabar a mi niño mato, ma-to (Que diría la Esteban).

El Martes se celebró en el patio del cole la exhibición de karate. Como era la ultima actuación del día, nos vimos los números de baile de 1º, 2º y 3º de primaria. Al terminar estos, como un espontáneo que salta al ruedo en las ventas, junto a otros padres, salte el murete que separaba la zona de los espectadores, y me adentre en el patio donde nuestros churumbeles realizarían sus evoluciones. Sentado en el suelo y apoyado en una columna para no quitar la visión a nadie, pude grabar con nitidez las técnicas aprendidas este año por mi vástago y sus compañeros. Katas al ritmo marcial del profesor, saltos, volteretas, patadas y rompimiento de poliespan. Que subidón. Entrega de medallas y para casa, que hay que comer.

El Miércoles fue el baile. Este año iban vestidos de raperos, por lo que el vestuario ascendió a 1,95€ de una camiseta negra y 7,95€ de una gorra que me gusto a mi y que le valía a Santi apretándola un poco. Música, la pelicula "Flashdance", pero con un toque dance. Haciendo cola, a pleno sol del mes de Junio, como un grupie cualquiera desde las 9:00am hasta las 9:30am, cuando abrían las puertas. Nos vimos las actuaciones de 1º y 2º de Infantil y ... volvía a actuar Santi. Volví saltar de nuevo, y conseguí inmortalizar en formato digital la actuación. A riesgo de quedarme sin una pierna, mantuve la postura para que el vídeo no saliera movido. Las cosas que se hacen por un hijo.

El jueves fue el Corpus, y para no perder el tono de la semana, Olga y Enrique, los padres de Alex, nos invitaron a su spa. Junto a Ana y Manuel-Manolo, Rafa y Silvia, con nuestros respectivos hijos/as, nos fuimos para allá esquivando la caravana de salida del puente. 16 en total. 8 niños y 8 adultos (solo por fuera). Y Rafa tenia razón. El agua de la piscina no bajo en todo el día de 34ºC. Gracias al sol estival y a un ingenio de cubiertas semitransparentes, se conseguía esta temperatura, que a Rosa entusiasmo desde el primer momento. Solo la había visto estar tanto tiempo a remojo en aquellos días maravillosos de Cancún, con la barra de bar dentro de la piscina y la misma temperatura en el agua. Los peques se lo pasaron genial, y pudimos asistir al primer baño piscinero de la corta vida de María.

Y el viernes, las notas. Volvimos a ir al cole a por las notas (Muy buenas. Me lo como a besos), el listado de los libros para el año que viene (13 libros. uno de ellos de educacion física ¿¿¿¿????) , los horarios para poder comprar el uniforme (un pantalón de niño 55€. La caña de España), libros recomendados para las vacaciones (yo los odiaba ¿Como voy a obligarle a el?) y despedidas y parabienes con la profesora. El año que viene tendrán otra. Y es que ya estará en PRIMARIA. como pasa el tiempo.