Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay

Nota del autor: Todos los párrafos en cursiva de esta entrada pertenecen al libro "Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay" de Michel Chabon. Para mas señas, del capitulo 3 de la segunda parte "Un par de jóvenes genios".

-¿Quien es y que hace?
-Vuela.

Sammy negó con la cabeza

-Superman vuela.
-¿Y el nuestro no?

-Yo había pensado...

-Ser original.
-Si podemos. Por lo menos intentar que no vuele, que no tenga la fuerza de cien hombres, que no tenga la piel a prueba de balas.

Siempre me ha gustado leer. Libros, cómics, revistas, cajas de galletas en el desayuno, botes de gel en el baño.... De todo un poco. Y una vez que tienes niños y trabajo, el tiempo que dedico a esta afición lo debo sacar de las rendijas. En vacaciones, antes de dormirme si no estoy muy cansado, mientras espero en el medico,... Y sobre todo en el metro, el autobús o el cercanías, de camino al trabajo o de vuelta a casa.

Y esto ultimo no es fácil. La gente que, como yo, lee de camino al curro, hemos desarrollado un mecanismo único para conseguir concentrarnos en la lectura. Tienes que obviar la música a todo volumen de los cascos del de enfrente, la conversación a pleno pulmón entre dos señoras mayores, el grupo de compañeros de trabajo poniendo verde al jefe... Y si estas de pie, debes sujetarte a la barra

con una mano, mientras con la otra aguantas el libro, buscando apoyar el hombro en alguna pared y calculando el mejor momento para soltar la barra y poder pasar de pagina sin caerte sobre nadie. Un show.

Antes leía muchisimo de esta manera. Ahora que no tengo curro casi nunca lo hago.

-¿Y un león?
-El León. El Hombre León.
-Podría ser fuerte. Y ruge muy alto
-Tiene un super rugido.
-Que da el miedo.
-Rompe los platos.
-Los malos se quedan sordos al oírlo.
Los dos se echaron a reír. Joe dejo de reír.
-Creo que tenemos que ser serios-dijo.

Este método era la manera mas utilizada para leerme un libro tras otro. Pero se acabo esa época de leer de camino al curro. Siempre recordare que deje de hacerlo mientras me leía “las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay” de Michael chabon.

Un día que había quedado con los compañeros de la EUITA, Alfonso me dijo:

-Te he traído un libro que te tiene que gustar.-

-¿Y eso? No te lo había pedido-

-Seguro, por que tampoco lo vas a conocer. Va de cómics. Bueno, del inicio de los cómics. Tiene ya algunos años, pero a mi me gusto mucho.-

Alfonso es la misma persona que me recomendó “La carretera” de Cormac McCarthy. Y eso le elevo al grado de sumo sacerdote en recomendación de libros. Así que:

-No me digas mas. Trae para acá. Muchisimas gracias.-

Nada mas terminar el que me estaba leyendo empecé con el, y de nuevo acertó de pleno. Alfonso a pasado a ser director general de sumos sacerdotes en recomendación de libros.

-Va tan deprisa como la luz- sugirió Joe.
-Si, supongo que ir deprisa esta bien.
-O tal vez puede hacer que las cosas ardan. Puede… ¡Escucha! Tal vez puede, ya sabes. Echar fuego con los ojos.
-Se le derretirían los globos oculares.
-Pues con las manos. ¡O por que no se convierte en fuego!
-También lo han hecho en la Timely. Tienen uno de fuego y otro que va por el agua.
-Se convierte en hielo. Hace que haya hielo por todas partes.
-¿Picado o en cubitos?
-¿No es buena idea?
Sammy negó con la cabeza.
-Hielo- dijo – No creo que el hielo de muchas historias.
-¿Se convierte en electricidad?- probo Joe –¿Se convierte en ácido?
-Se convierte en salsa de asado. Se convierte en un sombrero enorme. Escucha dejalo. Dejalo estar ¿vale?

Desde entonces, se lo llevo recomendado al blog del hombre ama de casa, a Erik, a Enrique,… Y a todo aquel con el que mantengo una conversación en la cual hay una frase parecida a “¿te gustan los cómics tambien?”

Mi ritmo de lectura ha bajado, aunque ya llevo 400 de las mas de 700 paginas. Va conmigo siempre que saco la mochila a pasear por Madrid. Y espero devolverselo pronto a su dueño, por que significara que me lo he terminado y que vuelvo a ver a Alfonso, con la esperanza que me recomiende otro libro magnifico como este. Otro libro que tenga diálogos tan alucinantes como del que he querido transcribir algunos fragmentos.

-No se trata de cómo. No se trata de que.- dijo Sammy.
-Se trata de por qué.
-Se trata de por qué.
-Por qué- repitio Joe.
-¿Por que lo hace?
-¿Hace el que?
-Vestirse de mono o de cubito de hielo o de una puta lata de maiz.

Y ahora para terminar, algo parecido a un spoiler. Mirando en la red información para poder escribir y decorar esta entrada me he encontrado con una grata sorpresa. Ya se lo que me voy a pedir para mi cumpleaños.